No me pidan mesura, candor ni serenidad, sepan que yo estoy hecha toda de intensidades.
Si me enojo los fuegos del infierno se apoderan de mi y escupo tempestades.
Cuando el dolor me toma y me disuelve en partes, las recojo, las recupero y las convierto en un pilar de acero.
Si una amenaza asoma por mi casa soy leona de mil cabezas y mil garras.
Pero si me enamoro... Ay si me enamoro, soy débil paloma trémula entre las manos de aquel que me cobije. Las tempestades tornan en suspiros y aquel pilar de acero en frágil cristal que ante el menor vibrar de una voz cruel estalla.
5 comentarios:
Nora,cuando leí tu primer "Poemita",pensé,insuperable,incluso me fustré por que intentaba dejarte mi comentario y no podía,ahora veo que me equivoqué te superas cada día y nos haces vivir unos sentimientos hermosos con tus palabras.
Sauce
Tus palabras me emocionan, gracias, lo de vivir sentimientos hermosos es recíproco
Te creo dueña de ternura planteada, te creo perfecta poseedora del enclave mínimo de la ternura máxima.
Te creo mujer, y de porte tan entero como delicado, y si... ya enamorados, todos segregamos una cierta paz rebeladora.
Me ha encantado tu visita y tus palabras en mi blog.
Usa mi mail por favor... me encantaría un recibir correo tuyo.
Prometo contestarlo como te mereces.
Besos
Sir Brian
Gracias por tu comentario, cababa de poner uno en tu blog cuando llegó este.
No hay énclave, ni aún mínimo que pueda encerrar a la ternura máxima
Te escribiré alguna vez, cuando quizá un breve comentario no le alcance a las ideas
Sir Bran
perdón por escribir mal tu nombre
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